domingo, 17 de mayo de 2009

TESIS PROFESIONALESHACIA UN FORTALECIMIENTO DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

Opinión

TESIS PROFESIONALESHACIA UN FORTALECIMIENTO DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

GUSTAVO DE LA VEGA SHIOTA*

Cientos de estudiantes en México siguen realizando el trabajo exhaustivo que implica una tesis profesional para concluir sus estudios de licenciatura, no obstante la intención de desaparecerla y la amplia oferta de opciones de titulación que ahora se ofrecen a cambio. Es añejo el rechazo a la tesis como forma de titulación, lo que ha propiciado que se le imputen una serie de debilidades, contradicciones y vicios, como el que no sea fácil su realización, ni rápida su ejecución, ni de bajo costo, ni de sencilla gestión.

Estas y otras “razones” más son utilizadas por personeros de algunos organismos internacionales para descalificar a la tesis, que representa el último trabajo escolar y el primero profesional que desarrolla un estudiante de licenciatura y que implica el esfuerzo no sólo del autor, sino de toda una política educativa, científica y nacionalista que se concreta con la participación de comunidades académicas e importantes recursos institucionales y sociales.

Pero los denostadores encubren su verdadera intención que es, sin duda alguna, la de debilitar hasta su extinción la formación de científicos mexicanos en todos los campos del conocimiento y el saber. El propósito de estas perniciosas intenciones está inscrito en la decisión de imponerle a la educación superior de países dependientes, como el nuestro, criterios de eficiencia, eficacia, rentabilidad, rendimiento, producción, calidad y tantos otros del ámbito de los negocios, que beneficien sus políticas y prácticas de dominación.

Las autoridades universitarias impulsan la titulación de sus egresados –ahora solo de licenciatura- con opciones que contravienen las razones fundamentales de la educación superior, frente al temor que conlleva el desprestigio de no salir bien evaluadas y/o certificadas y, en consecuencia, ver reducida su asignación presupuestal por razones atribuidas a la eficiencia terminal. Así, pasan por alto, o asumen con docilidad, que la evaluación y la certificación la realicen organismos privados, cuya legalidad y legitimidad es muy cuestionable y que la implementan con criterios superfluos y ajenos a una verdadera formación integral.

Por si no fuera suficiente lo anterior, la verdad es que el temor a la reducción presupuestal no tiene razón de ser, puesto que de todas formas esa es una tendencia gubernamental claramente definida en México por el Fondo Monetario Internacional, por el Banco Mundial y por la OCDE, durante los últimos 20 años, que tiene el claro fin, aunque encubierto, de asfixiar a las instituciones públicas a fin de someterlas a la privatización y a la sumisión científica y tecnológica del exterior.

La sociedad mexicana tiene claro que los científicos formados en las universidades públicas han sido y son artífices de proyectos que han generado desarrollo y bienestar social y, por lo tanto, que su mérito es invaluable. No obstante esa convicción popular, cada momento se corre el riesgo de que, como en el reciente debate sobre la privatización petrolera, se evidencie que abierta o encubiertamente se busque contratar a científicos y técnicos extranjeros, con sus correspondientes empresas, capitales e intenciones, “en tanto que en México no los hay”.

Tal afirmación no sólo es ofensiva, sino ignorante de la historia de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, que han formado generaciones de expertos en ese campo y muchos otros, con un reconocimiento y prestigio internacional.

La legitimad social del trabajo de profesionales de disciplinas de las ciencias naturales y las llamadas exactas es absoluto, sin embargo en el campo de las ciencias sociales y las humanidades los aportes no son tangibles y por eso las críticas malintencionadas son más acres. Será propósito de esta columna presentar algunas tesis de licenciatura del área de las ciencias sociales y humanidades, cuyo valor no se evidencia en cuestiones materiales, pero cuya importancia es estratégica para la sociedad y el estado mexicano.

*Profesor de la UNAM

gvegashiota@mail.politicas.unam.mx

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