domingo, 17 de mayo de 2009

La teología de la liberación y el Movimiento Zapatista

16 de marzo de 2009

Opinión

Tesis Profesionales

GUSTAVO DE LA VEGA SHIOTA

La teología de la liberación y el Movimiento Zapatista

Cuando Enrique Ortega Correa estudiaba el bachillerato en un seminario vicentino de Lagos de Moreno, Jalisco, conoció a Samuel Ruiz.Descubrir la sabiduría y compromisos de ese hombre con la gente, generaron en el joven un gran interés por el estudio de la Teología de la Liberación. Su inquietud por valorarla en sus alcances y ubicarla en espacios más amplios que le permitieran comprender su potencialidad, lo llevó a estudiar en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cumpliendo con ese propósito, cursaba los primeros semestres de la carrera de Sociología cuando surgió en Chiapas un movimiento armado constituido por indígenas, en el que percibió la presencia de dicha teología y sintió interés en comprobarlo, por lo que decidió elegirlo como tema de su tesis profesional.

Fue necesario desarrollar un marco de referencia en el que abordó categorías de análisis como ideología, religión, clases sociales, proletarización del campo, movimientos armados, opresión y liberación, entre otros. Una sistemática búsqueda documental sobre ese acontecimiento, así como entrevistas y observaciones en pueblos indios, le permitieron comprobar que aquel era un movimiento indígena, soportado en las comunidades eclesiales de base, cuya perspectiva ideológica estaba sustentada en la Teología de la Liberación. Sus indagaciones le confirmaron que ese escenario se radicalizó con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio que México suscribía con los Estados Unidos y Canadá, así como por los cambios sustanciales que se realizaron a la legislación agraria, que provocaría un despojo y todavía mayor miseria en los indios.

Descubrió que para los pueblos indios existía la convicción de que esos actos gubernamentales permitirían la venta y renta del ejido, ante lo cual empresas nacionales y trasnacionales se apoderarían de la tierra, através de diversas formas y fines, en una región rica en diversos recursos como petróleo, gas, uranio, agua, maderas, miel y maíz, entre otros.

El estudio del sociólogo descubrió que la Teología de la Liberación había permitido que los indios tomaran conciencia de su papel histórico y que también los preparó para su defensa. Por eso, en ese momento el trabajo de las comunidades eclesiales ya no pudo contener en la clandestinidad a los indígenas chiapanecos, por lo que ellos optaron hacerse escuchar por las armas, pues era la última opción de su lucha social.

Es muy significativo que el joven sociólogo, formado inicialmente en un seminario, haya sido sensible ante el dolor y la injusticia, frente a la opresión y la impunidad y que concluya que debe existir una teología con una praxis liberadora. Como también que no se use a la religión para la opresión, el sometimiento y la manipulación, como regularmente lo hace el catolicismo entre los pobres de México y muchos otros lugares más, ahora y en otros tiempos .

Enrique Ortega Correa debe sentir una gran satisfacción de que su tesis esté considerada como obra de consulta de misioneros católicos, lo mismo de la Sierra Tarahumara en el mexicano estado de Chihuahua, que de la República de Mozambique en el sureste de África y que, además, se encuentre en la Biblioteca Vaticana de la Santa Sede, pues se le reconoce útil para el estudio de las etnias, en la perspectiva de una línea de acción pastoral, que atienda a las necesidades de los indígenas, más que cristianizar desde afuera de la comunidades.

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