domingo, 17 de mayo de 2009

LA FILOSOFÍA DESAPARECE EN LA SEP

Abril 13, 2009

Opinión

ENFOQUE SOCIOLÓGICO GUSTAVO DE LA VEGA SHIOTA*

LA FILOSOFÍA DESAPARECE EN LA SEP

En México, desde la República Restaurada hasta nuestros días, la enseñanza de la Filosofía ha constituido parte del perfil educativo nacional y se ha concretado por medio de la impartición de algunas asignaturas a partir del ciclo del bachillerato, como la Lógica, propuesta por el filósofo y pedagogo Gabino Barreda en el primer plan de estudios de la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional, pues cumple con el cometido de proporcionar al estudiante los elementos necesarios para la formación de un pensamiento acertado, capaz de otorgar coherencia o contradicción a sus observaciones y proposiciones. Igual sucede con la Ética, que representa la reflexión sobre principios y valores para encauzar la praxis de la acción individual y social. Con ese sustento filosófico, los preparatorianos de muchas generaciones han ingresado a una licenciatura y pueden comprender el sentido y necesidad de estudiar en su profesión la Teoría del Conocimiento y/o la Historia de la Filosofía. Su pensamiento ha sido provisto de los elementos fundamentales para poder ejercitar el razonamiento con una perspectiva analítica y crítica, capaz de poder construir estructuras cognoscitivas fundamentales y poder así ser convertirse en científicos responsables, imaginativos y propositivos, o en profesionistas comprometidos y solidarios con las problemáticas del pueblo que, en el caso de la educación pública, ha sido quien costea sus estudios. Pese a que los profesores de metodología de la investigación científica, lo mismo en las ciencias exactas, que las naturales o las sociales y las humanidades, reclamamos mayor espacio y profundidad para esas asignaturas, pues requerimos que los estudiantes de licenciatura y posgrado comprendan con mayor lucidez y rigor el procedimiento que se sigue para crear el diseño de una investigación -que cada vez es distinto, les insistimos -, así como la definición del sentido y los alcances del quehacer científico, que solamente será legítimo si es imaginativo y, de modo especial, consecuente con las necesidades del espacio social en el que se propone. Pese a todo eso, pero siempre y cuando los estudiantes posean esos principios formativos, finalmente aceptamos que esa tarea la debemos completar y profundizar nosotros, a fin de dar cabida a otros conocimientos, habilidades y destrezas del oficio de cada disciplina. Pero hoy existe una amenaza de que los contenidos filosóficos básicos continúen impartiéndose para las nuevas generaciones de mexicanos. La comunidad filosófica nacional ha denunciado una Reforma Integral de la Educación Media Superior que la Secretaría de Educación Pública pretende realizar en todas las escuelas que imparten alguna modalidad de ese nivel educativo en México, la que contempla la desaparición de la enseñanza de las materias filosóficas. Es una medida retrógrada en el terreno educativo y arbitraria en el plano social, pues para su implementación no medió discusión alguna. Sin argumentación pública, solo puede interpretarse como imitación a otros modelos educativos o, peor aún, como un acto de sometimiento a disposiciones de organismos internacionales. La desaparición de la Filosofía dejará el espacio libre y preponderante al adiestramiento práctico y utilitario, con efectos que serán palpables en una mayor depredación del medio ambiente, así como en mayor crisis de identidad y valores entre las nuevas generaciones, que invariablemente producirá más enajenación y, por tanto, mayores índices de descomposición les insistimos personal y social. No es posible que quienes tiene la responsabilidad de preservar y consolidar la educación pública pasen por alto tales consecuencias, o que sea tan abierto su sometimiento a los intereses de los capitales y organismos internacionales, los cuales impulsan un modelo en el que países como México, solo son incondicionales proveedores de su riqueza natural y aceptan que su población únicamente sea capacitada para la operación de negocios, que muy poco o nada benefician a su pueblo, legítimo propietario de esos bienes. De aceptarse esa medida, las nuevas generaciones de mexicanos serán cada vez más deshumanizadas, cosificadas al grado de solo auto considerarse como partes materiales de un sistema productivo, sin capacidad de conocer metódicamente, ni analizar, ni mucho menos explicar, ni comprender la esencia de los procesos materiales y humanos. Se habrá renunciado al desarrollo de una formación personal que tiene como resultado la conformación de ciudadanos con un pensamiento crítico, autónomo y reflexivo, sustentado en valores, hoy tan indispensables frente a la corrupción, la desigualdad, la discriminación y la ignorancia.La Secretaría de Educación Pública debe explicar a la nación la intención de esta regresión educativa.

*FCPyS de la UNAM

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